Blogia
EVANGELIO DEL DIA : Vilma Isabel Melgarejo A.

JESÚS ESTÁ EN TODOS LOS BIENES

San Anfonso Maria de Liguren

San Agustín dice: “¡Oh insensatos del mundo!, desgraciados, ¿A dónde van a satisfacer los deseos de su corazón?

Vengan a Jesús, que solo Él puede darles el contento que buscan”.

Alma mía, no seas tú tan insensata. 
Busca solamente a Dios. Busca únicamente aquel Bien en el cual están todos los bienes y, si lo quieres hallar pronto, míralo cerca de ti en el Santísimo Sacramento, dile confiadamente que lo deseas y quieres, que precisamente se quiso quedar en el Sagrario con el fin de oírte y consolarte. 

¡Sacramento de amor!, que atraes con los dulces atractivos de tu ammor aquellos corazones que, enamorados de tu infinita bondad, no tienen otro deseo que el de agradarte.

Atrae también, Señor, mi miserable corazón, que ahora desea amarte y vivir esclavo de tu amor. 

Por lo que a mí concierne, pongo en las manos de tu infinita bondad, todos mis intereses, todas mis esperanzas y todos mis afectos, mi alma, mi cuerpo y todo mi ser. 

Acéptame, Señor, y dispón de mí como te agrade. 

No quiero, amor mío, volver a quejarme de tus santas disposiciones. 
Sé que todas salen de tu corazón para mi bien; lo que Tú quieras es lo que yo quiero.

Haz lo que te agrade en mí y de mí; yo me uno a tu voluntad, porque sé que es buena, hermosa, perfecta, amable. 

¡Oh Voluntad de Dios!, quiero vivir siempre y morir estrechamente unida a Ti. Tu gusto será mi gusto y tus deseos quiero que sean mis únicos deseos. 

¡Dios mío, ayúdame! Haz que de hoy en adelante solo viva para Ti, solo para hacer querer lo que Tú quieras, solo para amar tu amable voluntad. 

Maldigo aquellos días en que hice mi propia voluntad contraponiendo Tu Voluntad. 

Te amo, Voluntad de Dios, cuanto amo a Dios, porque Tú eres el mismo Dios. Te amo con todo mi corazón y a Ti me entrego sin reservas.8

¡María, llena de gracia, el Señor está vi u!
 Tú eres en Jesucristo la reconciliación de Dios con los hombres.

Madre de nuestra alegría, eres bendita entre todas las mujeres porque fuiste digna de ser madre de nuestro Redentor; todas las naciones te llamarán bienaventurada. 

¡Oh María!, si pongo mi confianza en Ti alcanzaré los medios de mi salvación. 
Si estoy bajo tu protección, nada temeré, porque ser tu hijo verdadero es un escudo impenetrable a los asaltos de mis enemigos.

_*Madre Santísima que mi mayor alegría sea poder acompañar a Jesús en el Santísimo Sacramento del altar*_

0 comentarios