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EVANGELIO DEL DIA : Vilma Isabel Melgarejo A.

A JESÚS POR MARÍA

*Preparación para la Consagración a María*

Dia 6

*¿Deberíamos entregar todo a María?*(Segunda Parte)                       Ayer vimos lo útil y reconfortante significa entregarle a María, nuestra oraciones, intenciones y méritos de nuestras obras.
Hoy veremos lo que significa entregarnos nosotros mismos. 

María no se deja ganar en generosidad. Si le damos todo lo que somos y tenemos, con desprendimiento total y voluntario, ella nos regalará todas sus gracias y virtudes conduciéndonos hacia Jesús. Y eso es algo grandioso.

Una vez leí un relato sobre una santa en la tierra que tuvo una visión del cielo. En su visión vio a los santos celestiales y sus diferentes grados de gloria. Le asombró que algunos santos hubieran llegado a un nivel de gloria tan alto como para estar adorando a Dios con los Serafines, el coro más alto de los ángeles.

En otra ocasión leí un pasaje del Diario de Santa Faustina en el cual Faustina tuvo una visión similar del cielo. Relató que si llegáramos a ver las diferencias entre los grados de gloria en el cielo sufriríamos gustosamente cualquier cosa en la tierra sólo para avanzar un grado más.                                                Después de leer estos testimonios me digo: “No sólo quiero ir al cielo; quiero alcanzar el grado de gloría más alto que pueda”. Hay para nosotros un modo sencillo de hacerlo: damos todo a María. No dependemos de nuestros propios méritos sino de los de ella.

San Luis explica:                                    “La Santísima Virgen...que en amor, y liberalidad no se deja nunca ganar por nadie, al ver que uno se da enteramente a Ella....pues Ella también  se da toda entera y de una manera inefable a quien le hace entrega de todo: le hace anegarse en el abismo de sus gracias, lo adorna con sus méritos, lo apoya con su poder, lo esclarece con su luz, lo rodea con su amor, le comunica sus virtudes, su humildad, su fe, su pureza, etc.... En fin, como tal persona está consagrada a María, también María se consagra toda a ella.”                                             Ahora, no obstante estas palabras consoladoras, puede que uno siga preocupado y diga: “¡Muy bien! Estoy absolutamente de acuerdo con tener un alto grado de gloria en el cielo. Pero lo que me preocupa es el purgatorio. Tengo miedo de que si ofrezco todos mis méritos, incluso a María, tendré entonces que sufrir en el purgatorio por mucho tiempo”. San Luis responde así:                          “Esta objeción, que procede del amor propio y de la ignorancia de la liberalidad de Dios y de su Santísima Madre, se destruye por sí misma; un alma ferviente y generosa que toma con más empeño los intereses de Dios que los suyos propios, que da a Dios todo lo que tiene, sin reserva, hasta donde puede, que no aspira más que al reino de Jesucristo por su Santísima Madre, y que por obtenerlo se sacrifica enteramente y en todo, esta alma generosa, repito, ¿será castigada en el otro mundo por haber sido más liberal y más desinteresada que las demás? Al contrario: precisamente para con esta alma, como veremos a continuación, serán Nuestro Señor Jesús y la Virgen Santísima liberalísimos en este mundo y en el otro, en el orden de la naturaleza, de la gracia y de la gloria.                         

San Luis repite este punto importante: ¡María no se deja vencer en generosidad! Si somos especialmente generosos con ella, así de generosa será ella con nosotros. Y nos añade San Luis otra cosa importante: Quizás recibamos una suave reprimenda en ves de una condenación. Dice que este tipo de preocupaciones viene del amor propio. Entonces sí, debemos poner la mira en lo alto. Sí, debemos tener una santa ambición y querer llegar a las más altas cumbres de la santidad. Pero nuestro motivo no debe ser el amor propio, sino el deseo de complacer a Dios y glorificarlo. 


Mañana veremos algunos de los beneficios maravillosos de estar consagrado a María.   

*Oración para hoy:*

Ven, Espíritu Santo, que habitas en María,Ayúdame a glorificar a Dios, dándole a María todo lo que tengo.

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