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EVANGELIO DEL DIA : Vilma Isabel Melgarejo A.

A JESÚS POR MARÍA

*Preparación de la Consagración a María*

*DÍA 21*_

“Se tu...ese alguien” (con María)_


En caso de que la lista de 12 deberes de ayer nos haya parecido algo dificil, lo vamos a ver  de una manera más simple recordando la esencia de la consagración de Madre Teresa a María:

“Se tu ese alguien”. Es decir “Se  tu ese alguien, con María”.

¿Qué significa esto?

La clave viene de un versículo del Salmo 69,21

“El oprobio me ha roto el corazón y desfallezco. Espero compasión, y no la hay; consoladores y no encuentro ninguno”.

 La Madre Teresa responde, “Se tu ese alguien”, alguien que consuela a Jesús saciándole en su ardiente sed de amor. 

Escribe: “Díganle a Jesús:

“Yo seré quien sacie Su sed”. Yo le consolaré, le alentaré y le amaré. ... Estén con Jesús.

Él rezó y rezó, y después fue en busca de consuelo, pero no lo había. ... Yo siempre escribo esa frase: “Busqué quien que me consolara, pero no encontré a nadie”.

Después escribo:

“Se tu ese alguien”.

Entonces ahora seamos “ese alguien”.

Traten de ser quien puede compartir con Él, confortarle, consolarle. Y pidámosle a Nuestra Señora la  Virgen María que nos ayude a comprender”. 

Esa última frase es clave. Necesitamos a María para ayudarnos a entender la sed de Jesús. Es ella la que le consuela mejor. Es la esposa del Consolador, del Espíritu Santo. A través de María, el Espíritu Santo puede ayudarnos a entender lo que significa consolar al Corazón de Jesús:“Tratemos de manera particular de llegar a estar lo más cerca del Corazón de Jesús humanamente y tratemos de entender todo lo posible el terrible sufrimiento de Jesús, que le causan nuestros pecados y Su sed de nuestro amor. … Gracias a Dios estaba allí María para entender plenamente la sed de amor de su Hijo Jesús. Ella tuvo que responder inmediatamente: “Sacio Tu sed con mi amor y el sufrimiento de mi corazón”. 

Sí, podemos dar gracias a Dios por María. Nos enseña a “ser ese alguien” al lado de ella, consolando a Jesús en el Calvario.

Nos ayuda a decir a Jesús sin tardar: “Jesús, sacio Tu sed”. 

Pero ¿qué significa exactamente esto? ¿Qué significa saciar la sed de Jesús?

Son dos cosas: 

1- Consolar a Jesús, a la Cabeza de su Cuerpo Místico y 

2- Consolarlo en los miembros de su Cuerpo. 

¿Cómo consolamos a Jesús, a la Cabeza del Cuerpo?

 Siendo apóstoles de alegría, es decir “consolar al Sagrado Corazón de Jesús mediante la alegría” y lo hacemos especialmente con la alegría de María.

Pues la Madre Teresa continúa diciendo: “Por favor, pídale a Nuestra Señora , la Virgen Maria que me dé su corazón”. María es la que, a pesar de su propia prueba de oscuridad, alaba y da gracias a Dios por todo, le sonríe y lo consuela con su amor.

Es sencillo y hermoso. Madre lo resume con sus tres virtudes características: 

a) La entrega total a Dios,

 b) La confianza amorosa y

c) La alegría perfecta. 

Es ser como un niño, con María, sonriendo a Jesús y amándolo desde el pie de la Cruz. 

 ¿Cómo consolamos a Jesús en los miembros de su Cuerpo?

Reconociendo su sed. Todos tienen sed: ricos y pobres, jóvenes y mayores, creyentes y no creyentes. Cada persona tiene un corazón inquieto, pues el hombre es una sed inquieta. Consolar a Jesús en los demás es responder a su sufrimiento, especialmente a ese sufrimiento más profundo y universal: la sed del amor.

Debemos responder a esta sed en los demás no con indiferencia sino con una sonrisa dulce que dice:

“Me alegra que tú existas, y yo también entiendo el dolor de la sed”. 

Madre Teresa explica:

“El mayor mal es la falta de amor y de caridad, esta terrible indiferencia hacia el prójimo.... La gente hoy tiene hambre de amor, de este amor comprensivo,que es mucho mayor y que es la única respuesta a la soledad y a la gran pobreza”. 
Aceptando su propia sed (con la ayuda de María) y no huyendo de ella, la Madre Teresa pudo entender la sed de los demás — tanto la de Jesús en la Cruz como la de Jesús en su prójimo — y se convirtió en apóstol de misericordia y alegría: una verdadera misionera de la caridad.


*Oración del día:

*Ven, Espíritu Santo, que habitas en María. Ayúdame a “ser ese alguien” para consolar a Jesús con María

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