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EVANGELIO DEL DIA : Vilma Isabel Melgarejo A.

Novena de Navidad al.Niño Jesús dia 1

🎄 Novena de Navidad al Divino Niño

Día 1

Oración inicial para todos los días
Benignísimo Dios de infinita caridad, que tanto amaste a los hombres, que les diste en tu Hijo la mejor prenda de tu amor, para que hecho hombre en las entrañas de una Virgen, naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio. Yo en nombre de todos los mortales, te doy infinitas gracias por tan soberano beneficio. En retorno de él te ofrezco la pobreza, humildad y demás virtudes de tu Hijo humanado, suplicándote por sus divinos méritos y por las incomodidades con que nació en un pesebre, que dispongas nuestros corazones con humildad profunda, con amor encendido, con tal desprecio de todo lo terreno, para que Jesús recién nacido tenga en ellos su cuna y more eternamente. Amén.Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Meditación.Antes de todos los tiempos, el Verbo reposaba desde siempre en el seno de su Padre, en lo más alto de los cielos; Él fue la causa, a la par que el modelo de toda la creación. En esas profundidades de la incalculable eternidad, permanecía el que iba a encarnarse y nacer como el Niño Jesús. Permanecía ya inalterable y apacible antes de que se dignara bajar a la tierra y tomara visiblemente posesión de la gruta de Belén. Allí es donde debemos buscar sus principios que jamás han comenzado. De allí debemos tratar datar la genealogía del Eterno, que no tiene antepasados, y contemplar la vida de complacencia infinita que allí llevaba. La vida del Verbo Eterno, en el seno de su Padre, era una vida maravillosa; y sin embargo, ¡misterio sublime! Busca otra morada, aunque sin dejar la Eterna. Ahora busca una mansión creada. No era porque en su mansión eterna faltase algo a su infinita felicidad, sino porque su Misericordia inagotable anhelaba la redención y la salvación del género humano, que sin Él no podría verificarse.El pecado de Adán había ofendido a Dios, y esa ofensa infinita no podía ser perdonada, sino por los méritos infinitos del mismo Dios. La raza de Adán había desobedecido y merecido un castigo eterno; era pues, necesario para salvarla y satisfacer su culpa que Dios, sin dejar el cielo, tomase la forma de un hombre sobre la tierra y con la obediencia a los designios de su Padre, expiase aquella desobediencia, ingratitud y rebeldía. Por eso el Verbo Eterno, ardiendo en deseos de salvar al hombre, resolvió hacerse hombre también y así redimir al culpable.Oración finalA la Santísima VirgenSoberana Virgen María que por tus grandes virtudes y especialmente por tu humildad, mereciste que todo un Dios te escogiese como Madre suya, te suplico que Tú misma prepares y dispongas mi alma y la de todos los que este tiempo hicieren esta novena, para el nacimiento espiritual de tu adorado Hijo.

B¡Oh Dulcísima Madre! Comunícame algo del profundo recogimiento y divina ternura con que aguardaste Tú, para que nos hagas menos indignos de verle, amarle, adorarle por toda la eternidad. Amén.Dios te salve María...

A San José¡Oh Santísimo José, esposo de María, y padre adoptivo de Jesús! Infinitas gracias doy a Dios porque te escogió para tan altos ministerios y te adornó con todos los dones proporcionados a tan excelente grandeza; te ruego, por el amor que tuviste al Divino Niño, me abraces en fervorosos deseos de verle, y recibirle sacramentalmente, mientras en su divina esencia tú ya le ves y le gozas en el cielo. Amén.Padre nuestro, que estas en el cielo... 

Al Niño JesúsAcuérdate ¡Oh dulcísimo Niño Jesús!, que dijiste a la venerable Margarita del Santísimo Sacramento, y en persona suya a todos los devotos, estas palabras tan consoladoras para nuestra pobre humanidad agobiada y doliente: “Todo lo que quieras pedir, pídelo por los méritos de Mi Infancia y nada te será negado”Llenos de confianza en Ti, ¡Oh Jesús!, que eres la misma verdad, venimos a exponerte toda nuestra miseria. Ayúdanos a llevar una vida santa, para conseguir una eternidad bienaventurada. Concédenos, por los méritos infinitos de tu Encarnación y de tu Infancia, la gracia de la cual necesitamos tanto.-Se pide la gracia que se desea obtener-Nos entregamos a Ti, ¡Oh Niño Omnipotente! Seguros que no quedará frustrada nuestra esperanza, y de que en virtud de tu divina promesa, acogerás y despacharás favorablemente nuestra suplica. Amén

.Aspiraciones para la venida del Niño JesúsDulce Jesús mío, mi Niño adorado, ¡ven a nuestras almas! ¡ven no tardes tanto! ¡Oh Sapiencia suma del Dios soberano que al nivel de un niño te hayas rebajado! ¡Oh divino Infante, ven para enseñarnos la prudencia que hace verdaderos sabios! ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto! ¡Oh raíz sagrada de Jesé que en lo alto presentas al orbe tu fragante nardo! ¡Dulcísimo Niño! que has sido llamado “Lirio de los valles Bella flor del campo” ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto! ¡Oh lumbre de oriente, Sol de eternos rayos, que entre las tinieblas tu esplendor veamos! ¡Niño tan precioso dicha del cristiano, luzca la sonrisa de tus dulces labios! ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto! ¡Rey de las naciones, Emmanuel preclaro, de Israel anhelo, Pastor del rebaño! ¡Niño que apacientas con suave cayado, ya la oveja arisca, ya el cordero manso! ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!¡Ábranse los cielos y llueva de lo alto bienhechor rocío, como riego santo! ¡Ven hermoso Niño! ¡Ven Dios humanado! ¡Luce, hermosa estrella, brota flor del campo! ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto! ¡Ven que ya María previene sus brazos! ¡Oh su Niño vean en tiempo cercano! ¡Ven que ya José, con anhelo sacro se dispone a hacerse de tu amor sagrario! ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto! ¡Del débil auxilio, del doliente amparo consuelo del triste, luz del desterrado! ¡Vida de mi vida, mi sueño adorado, mi constante amigo, mi divino hermano! ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto! ¡Ven ante mis ojos de Ti enamorados, bese ya tus plantas, bese ya tus manos! Prosternado en tierra te tiendo los brazos, y aun más que con mis frases te dice mi llanto. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto! ¡Ven Salvador nuestro, por quien suspiramos! ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!

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