Conociendo a MARIA

*Amando a María*

Día 05-

Lunes 20 de Enero de 2020

*El culto a la Santísima Virgen*

"María, elevada por la gracia de Dios por encima de todos los ángeles y de todos los hombres, como Madre de Dios Santísima, es honrada  con un culto especial, que que es diferente al culto de adoración que se rinde al Verbo Encarnado, es decir a Jesús así como al Padre y al Espíritu Santo.

 Clases de culto por su dignidad:

a) De latría o de adoración:_ sólo a Dios como soberano Señor y por su infinita excelencia

.b) De dulía o de veneración: a los ángeles y santos por la excelencia de sus virtudes. Al honrarlos, honramos a Dios, pues Él se manifiesta en ellos y por ellos somos atraídos a Él.

c) El culto de hiperdulía o de veneración suprema:. a la Santísima Virgen por su eminente dignidad de ser la Madre de Dios.

Si la Virgen María es la Madre de Dios y Madre nuestra, si es nuestra intercesora y mediadora ante la Trinidad , es muy justo y propio de los hijos agradecidos que le correspondamos con un entrañable amor, que se manifestará en un culto de especial veneración como merece la Reina del cielo.

Se consideran elementos integrantes del culto mariano:

1) Veneración._

Es el reconocimiento de la excelencia de la Madre de Dios y así mismo el culto mariano, como Madre nuestra que es

.2) Amor._

Que se desprende del conocimiento íntimo de lo que es María y de lo que Ella supone en la vida cristiana de cada hombre. Ella es la Madre amable, la Madre del Amor Hermoso. No se puede amar a Cristo, sin amarla a Ella en Él y por Él ya que lo hizo nuestro hermano.

3) Invocación._

Como es Ella la Madre de misericordia, el pueblo cristiano ha tenido siempre la firme y fundada persuasión del valimiento universal como celestial intercesora.

4) Imitación._

Imitar a María lleva consigo, por su influencia  maternal, una configuración con su Hijo Jesucristo.

La Iglesia nos hace presente:

 "Recuerden los fieles que la verdadera devoción no consiste ni en un sentimentalismo estéril y transitorio ni en un vana credulidad, sino que procede de la fe auténtica, que nos induce a reconocer la excelencia de la Madre de Dios, que nos impulsa a un amor filial hacia nuestra Madre y a la imitación de sus virtudes”. 

Rezar:

Padre NuestroAve María

Gloria.