Blogia
EVANGELIO DEL DIA : Vilma Isabel Melgarejo A.

VENTAJAS DE COMULGAR FRECUENTEMENTE

Pedimos  a la Santísima Virgen que nos tome de su mano y nos ayude a tener una verdadera conversión personal. 

¿Qué me impide comulgar diario?

Meditamos la respuesta con un corazón abierto y dispuesto.

Según San Francisco de Sales son tres las ventajas principales de la comunión frecuente: 

1.-Asegurar la salvación del alma

2.- Ganar grandes premios para el cielo y satisfacer, del todo o en parte, por las penas temporales debidas por los pecados.

3.- Aliviar mucho a las benditas ánimas del purgatorio.

 Asegurar la salvación del alma :

*Quien comulga con frecuencia, vive habitualmente en gracia de Dios; pues difícilmente comete pecado mortal, y si alguna vez tiene la desgracia de cometerlo, se reconcilia pronto con Dios. Nuestro Señor Jesucristo dijo: “El que come mi carne y bebe mi sangre tendrá la vida eterna”. Cuanto más a menudo se comulgue, tanto más segura se tiene la vida eterna, esto es, la salvación del alma.*Esta sola ventaja debiera bastar para animarnos a comulgar todo lo más a menudo posible*.¡No estamos en este mundo para otra cosa que para salvar nuestra alma!

Ganar grandes premios para el cielo :

Dios nos concede la vida presente para que ganemos méritos y premios para la eternidad. Todas las obras buenas son agradables a Dios; pero consideradas en sí mismas, unas son de mucho más valor que otras, como el diamante entre las piedras preciosas, es la comunión entre las obras buenas. Cada vez que comulgamos ganamos un tesoro más precioso que todo el oro del mundo. Los hombres mundanos buscan con mucha diligencia las riquezas de la tierra, que valen muy poco y pronto se han de acabar, nosotros debemos buscar las riquezas del cielo, que son de un valor infinito y para siempre han de durar. Muchos envidian la suerte de los ricos y millonarios y quisieran poseer una fortuna igual. Pues ¡están equivocados! Los verdaderamente ricos y felices son los cristianos fervorosos que oyen Misa y comulgan diariamente.

 Satisfacer por las penas temporales por los pecados, y aliviar  a las benditas ánimas del purgatorio :

Hemos de temer mucho más las penas del purgatorio que las de este mundo, ¡Cuánto se sufre en el purgatorio! se merece por faltas muy pequeñas, ¡y cometemos tantas! Para satisfacer mucho y con poco trabajo por estas penas temporales y aliviar a las benditas ánimas del purgatorio, el gran medio es oír Misa y comulgar todos los días, o lo más frecuentemente posible.

Al asistir al Santo Sacrificio de la Misa, examina tu conciencia:

Si no tienes pecado mortal y estás en ayunas, procura comulgar. Si estás en pecado mortal, confiésate y acércate también a la sagrada comunión. ¡Ojalá amásemos tanto al Divino Redentor que procuráramos recibirle todos los días sacramentalmente; y, cuando esto no nos fuere posible, lo supliéramos con el deseo, esto es, con la comunión espiritual!

Dos clases de personas comulgan con frecuencia:

a)  Las perfectas, porque, estando bien dispuestas, faltarían si no se acercasen al manantial y a la fuente de perfección;.

b) Las imperfectas, precisamente para que puedan aspirar a ella.

Las fuertes, para no enflaquecer, y las débiles, para robustecerse; las enfermas, para sanar, y las que gozan de salud, para no caer enfermas. Si el mundo te pregunta por qué comulgas con tanta frecuencia, dile :

1- Que lo haces para aprender a amar a Dios.

2.- Para purificarte de tus imperfecciones

3.-Para consolarte en tus aflicciones,para.

4.- Apoyarte en tus debilidades.

0 comentarios